Nunca había sido besada. Pero regaló al mundo una canción de amor eterna…
Una de las canciones más famosas del siglo XX, “Bésame Mucho”, fue escrita no por una artista consagrada, sino por una adolescente de 16 años, criada en una estricta escuela católica donde incluso pronunciar la palabra “beso” parecía un pecado.
La canción, un bolero romántico, surgió durante la Segunda Gerra Mundial y refleja la angustia de las parejas que se separaban debido al conflicto. A pesar de que Velásquez no había experimentado un beso aún la canción capturó la esencia del amor y la despedida convirtiéndose en un himno universal.
Se llamaba Consuelo Velázquez, aunque entonces era simplemente Consuelita — una joven soñadora de México con dedos nacidos para las teclas del piano. Nació en 1916 en una familia empobrecida de origen noble. Su padre murió joven, y su madre, viuda con cinco hijos, luchó para salir adelante.

Desde los cuatro años, Consuelita estudió música sin descanso. Fue enviada a un convento con la esperanza de un futuro mejor, pero la rigurosidad casi acabó con su salud. Hasta que un pianista, al verla tocar durante un festival infantil, le ofreció clases gratuitas. Así entró al Conservatorio Nacional de Música, donde comenzó su verdadero camino.
Y a los 16 años, sin haber sido jamás besada, escribió “Bésame Mucho”.
“Era un sueño, una fantasía sobre el amor”, diría años después.
La envió a la radio usando un seudónimo, temiendo que la juzgaran por “saber demasiado” para una chica decente. Pero la canción estalló como una chispa en el corazón del mundo. Millones la cantaron. Su madre, sin embargo, se escandalizó: no quería una hija compositora… sino una monja.
Hollywood la llamó. Walt Disney estaba encantado. Le ofrecieron contratos, fama, fortuna. Pero Consuelo regresó a México al mes. Su verdadera pasión no eran los reflectores, sino la música clásica. Llegó a componer más de 200 obras, fue pianista profesional, presidenta de la Unión de Compositores de México y diputada.
En lo personal, se casó solo una vez, sin amor, por deseo de su madre. Su esposo, Mariano Rivera Conde, fue quien hizo famosa su canción en la radio. Tuvieron dos hijos. Ella lo sobrevivió por 30 años y nunca volvió a casarse. Vivió con humildad, pero fue amada como un tesoro nacional.
Y su canción…
Traducida a más de 120 idiomas.
Interpretada por The Beatles, Sinatra, Presley, Plácido Domingo y cientos más.
Con más de 100 millones de copias vendidas oficialmente.
Todo, desde el corazón de una niña que nunca fue besada, pero que comprendía que el amor — como la música — es suave, profundo… y eterno.