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Esta festividad es destacada, por recordar a las personas fallecidas, aunque varía en función de las distintas culturas. TN.Sociedad

Cada 1° de noviembre, la iglesia católica conmemora el Día de Todos los Santos en homenaje de las personas que llegaron al cielo. Y, debido a que algunas de ellas han sido canonizadas, son propuestas como ejemplo de vida cristiana, por lo que tienen un día especial para su recordación en el santoral católico.

Debido a esto, es habitual que durante esa fecha las principales catedrales del mundo muestren las reliquias de todos los santos. Y si bien la tradición de homenajear y recordar a las personas fallecidas varía en función de las distintas culturas, el hecho de llevarles flores al cementerio es una muy común en todas.

Llamativamente, cabe aclarar que si bien el 1 de noviembre es el día en el que se visita y recuerda a los fallecidos, el Día de los Fieles Difuntos se conmemora el 2 de noviembre, fecha en la que la iglesia realiza una fiesta en memoria de todos aquellos muertos que, luego de superar el purgatorio, se han santificado, por lo que han conseguido la visión beatífica y gozan de la vida eterna junto a Dios.

La iglesia realiza una fiesta en memoria de todos aquellos muertos que superaron el purgatorio, por lo que se han santificado y han conseguido la visión beatífica (Foto: Adobe Stock)
La iglesia realiza una fiesta en memoria de todos aquellos muertos que superaron el purgatorio, por lo que se han santificado y han conseguido la visión beatífica (Foto: Adobe Stock)Por: Сергей Рамильцев

El origen del Día de Todos los Santos

Esta festividad cristiana posee antecedentes del siglo IV, durante la persecución de los cristianos por parte del emperador Diocleciano ya que, al ocasionarse muchas muertes, era imposible celebrar una rememoración en nombre de cada una de ellos, por lo que decidieron establecer un día, aunque no fue hasta el 13 de mayo del año 610 en que el entonces Papa Bonifacio IV, determinó esa fecha para homenajear a los mártires católicos.

Más acá en el tiempo, ya en el siglo VII el Papa Gregorio IV movió la fiesta al 1 de noviembre, muy probablemente para contrarrestar la celebración pagana del “Samhain” o Año Nuevo Celta, conocido como Halloween o Noche de Brujas, que se festeja durante la noche del 31 de octubre.

La primera noticia que se recuerda del culto a los mártires, es una carta que los ciudadanos de Esmirna escribieron a la iglesia de Filomelio, por medio de la que informaban la muerte de su santo obispo Policarpo, en el año 156.

La recordada misiva hacía referencia no solo a Policarpo, sino que también a todos los perseguidos en esos años, y además destacó que la comunidad cristiana veneraba a sus mártires, que honraban su memoria el día del martirio con una celebración de la eucaristía.

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